Hacen varios años, pasando por un quiosco de revistas, me llamó la atención el título de un artículo de una revista que decía "Cómo fabricar un Mozart". Ante esta atractiva sugerencia, compré la revista y leí el artículo. En él se explicaba a través de testimonios de músicos, investigadores y terapeutas, la influencia que tiene el hecho de que la madre escuche y ejecute música durante el embarazo, en el posterior aprendizaje tanto musical como del aumento de la inteligencia y facilidad para aprender en el bebé a temprana edad.
Hay pruebas de ello en Boris Brott quien dirigió la orquesta Hamilton Philarmonic Synphony de Ontario que se asombraba de ver su capacidad para interpretar ciertas piezas sin haberlas leído previamente, sobre todo la parte de violoncello, y luego hablando con su madre, quien también era violoncellista, ella las había estudiado mucho mientras esperaba su nacimiento.
El violinista Yehudi Menuhin, también tuvo experiencias de haber asistido a muchos conciertos desde el vientre de su madre, fue un niño prodigio.
Yo tuve la oportunidad de escuchar música, cantar y preparar un examen durante mis embarazos, y mis dos hijos han tenido, oído musical, afinación, facilidad para los idiomas, mi hijo con solo conocimientos de lectura musical, a los 16 años toca muchas piezas de bastante dificultad memorizando las notas, y mi hija ha desarrollado muchas habilidades intelectuales y musicales.
Es evidente, no todos llegarán a ser niños prodigios, pero, si , con la participación activa de la madre en cuanto a escuchar mucha música, ejecutar instrumentos, o leer música, esto será de influencia en el bebé, y le servirá de estímulo muy valioso en sus aprendizajes.
También se sabe acerca de la relación afectiva que se desarrolla por los sonidos que el bebé escucha provenientes del cuerpo de su mamá, ritmo cardíaco, respiración, ruidos viscerales etc. Esos sonidos familiares y tranquilizadores de su madre, mientras se encuentra en un estado de relajación, tranquilidad, y felicidad son de gran importancia para establecer vínculos afectivos y ofrecer seguridad. Por eso es que cuando un bebé llora, se calma cuando su mamá lo toma en sus brazos y lo acerca a su pecho, él puede escuchar un sonido que lo acompañó durante varios meses y le proporciona calma. Es también esencial que el embarazo sea una etapa de mucha calma y paz para que sea verdaderamente una estadía sana la del futuro bebé.
El maestro japonés Masaru Ibuka imparte los métodos musicales de Suzuki, que parte de la base de enseñar música a los niños desde muy temprana edad, tal como se aprende el lenguaje materno, pero Ibuka comienza aún antes, desde el embarazo.
Graciela Sutta
Fuente: Revista Crecer feliz
1 comentario:
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PATRY
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